Giacomo Casanova llega a Barcelona desde valencia a principios de 1768 siguiendo a la bailarina y cantante Nina Bergonzi, conocida como ¨la niña¨. Lo que no sabe Casanova es que esta bella actriz es la amante del Capitán General de Catalunya Don Ambrosio de Funes, Conde de Ricla, descrito por el propio Casanova en sus memorias como hombre pequeñito, vanidoso y de maneras frías.
A pesar de alojarse en distintas residencias, (Casanova se alojó en el Hostal de Santa María en la calle de los Ases), sus constantes encuentros llaman la atención del Conde, quien a través de un oficial de las Guardias Valonas advierte al italiano que cese en sus atenciones, a lo que Casanova se niega altivamente. Tras un par de días perseverando en sus visitas, el veneciano es detenido sin ninguna explicación y encarcelado en la Ciudadela. La segunda noche se le levanta al ocaso y se le enfrenta a un pelotón de fusilamiento retirándose este, tras haberle hecho implorar por su vida, en el último momento. Tras 43 días de encarcelamiento se le pone en libertad informándole con mucha sorna de que su detención ha sido por la comprobación rutinaria de sus tres pasaportes y se le conmina a que abandone la ciudad.
Casanova, mas chulo que un ocho se niega de nuevo y decide comprar entradas para la ópera a través de su hospedero, pero media hora antes de la función esta se cancela sin ninguna explicación. Esta vez el italiano si que hace caso del mensaje pues toda la ciudad conoce el verdadero motivo de la cancelación y si bien se siente capaz de enfrentarse a los celos de un Capitán General, no se ve capaz de hacerlo a la animadversión de toda una ciudad que sabe que mientras el se empeñe en quedarse, se acabó la ópera para los barceloneses.