El Raval ha sido desde antiguo el barrio donde se instalaban los recién llegados, todos aquellos sin estatus de ciudadanos que no se podían albergar dentro de la protección de las murallas. Barrio portuario y obrero, canalla y laborioso, acogedor e indómito, luminoso e insalubre. El Raval ha tenido desde siempre una vitalidad propia, rica e incontrolable, en constante cambio.

Sede del Mercado de la Boquería y del de Sant Antoni, del barrio chino, del hospital gótico de la Santa Creu, de la cárcel de Reina Amalia, casa de teatros y cabarets y del barrio gitano. Lleno en tiempos de fábricas y hollín, vivero anarquista y reducto del movimiento obrero. Corazón de Barcelona, barrio sin el que esta ciudad no podría explicarse. Ven a conocerlo de la mano de alguien que se ha criado en sus calles.